Y seguiste insinuandome con tus deseos de sodomia y los correspondi, atentamente a tus ojos llenos de furia y de pasiòn con no solo tus miembros encolerizados sino tambien tu alma y tu mente. Yo envidio tu pasiòn mi amor y envidio tu sodomia. No puedo corresponderte si mis ojos no brillan cuando la piel sangra y la carne respira. No puedo reir cuando el latigo vuela tus sesos, solo puedo observarte, y esa es mi sodomia. Ese es mi placer, observarte mi vida y desear que nunca mueras, y necesites tu sodomia.
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