sábado, 30 de octubre de 2010


Estòmagos que dan acidez
plantillas que duelen
las premoniciones de un futuro que ya pasò
porque nunca llega, y no recordamos


Cada nota retumba como una gota en un balde revalzando
rojo, como el viento en el ocaso.

Siempre que busca aquella casa marchita
aquel coma latente
aquel paràsito de los àrboles
aquella gruya de papel que se ofende por no ser la ùnica.

Tantos papeles y tan pocos bosques
tanta fruta y tanto hambre
tantos pasos y tan pocas direcciones

Hoy me siento capaz de decirte que lo que està en tu boca no es saliva.
Y pensar que la derrochaste tanto.
Y pensar que no dijiste nada.
Tus guantes de piel se hunden en tu carne formando una capa impermeable a los deseos.
Maldita biblia, maldito legajo.

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