viernes, 3 de febrero de 2012


Esa vez en que soliamos dormir poco tiempo. Movilizados por la noche y consternados por los minutos, mirabamos el reloj cada tanto en busca de soluciones.
Los ojos cansados y la mirada apagada, lo unico que quedaba además de comer, y mirar las paredes.
"Las canas se nos estan volviendo viejas". Me miró. De pronto mis manos denotaban signos de vejez.
"¿No tenía recién dieciocho años?". Sus manos viejecitas y temblorosas tocaron mi rostro.
"Recuerdo cuando mi madre me decia que mirar el reloj aceleraba el tiempo".

"Parece mentira" - "Mentira si, mentira"
De la mano y medio chuecos caminamos a otro cuarto.
Esa noche dormimos juntos en una cama de una plaza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

dios esta aqui